1/08/2007

“Efecto invernadero: Una verdad incómoda”


Este espectacular documental presentado por Al Gore, nos presenta de manera un tanto apocalíptica lo que le está aconteciendo a nuestro planeta a raíz del calentamiento global. Por medio de evidentes imágenes, cifras y evidencias, el presentador va exponiendo de manera clara y precisa como en las últimas décadas se ha acrecentado el problema del efecto invernadero cuyos signos más evidentes son los variados desastres naturales como huracanes, tifones, inundaciones y sequías que han afectado a importantes zonas del planeta.

Para muchos este problema ambiental puede parecer aún lejano, pero la cruda realidad nos demuestra que lejos de detenerse, el calentamiento global se ha incrementado rápidamente en las últimas décadas y de seguir así, se cree que para el año 2050 desaparecería la capa de hielo que cubre el Polo Norte, con todas las consecuencias ecológicas y ambientales que supone ello.

Son variados los signos de la paulatina y lenta agonía del planeta. Este fenómeno provocado por factores netamente humanes y por ende evitables, puede condenar a las futuras generaciones a enfrentar problemas que las mentes más lucidas no puedan incluso imaginar.

Son muchos los intereses que están en juego por el lado de las grandes corporaciones petroleras, mineras o madereras que expolian los recursos de nuestros países por un interés egoísta e inmediatista. La mentada globalización suele ser una vía por la que se succionan también recursos desde el mundo menos desarrollado a los países del primer mundo. Para oponerse a esto, tenemos que recurrir a toda la voluntad y determinación que nos sea posible. Debemos hacer conciencia en personas y grupos, de lo que está en juego. Debemos presionar a nuestros líderes y legisladores para que adopten medidas que protejan el medio ambiente. Hemos de movilizarnos ahora pues el tiempo apremia. Quizá ahora cobra más que nunca sentido la frase: “pensar globalmente, actuar localmente”. Como educadores, tenemos un rol fundamental en hacer conciencia a niños y jóvenes de que cada uno de nosotros puede aportar con un grano de arena en el rescate y cuidado de la vida natural de la cual somos herederos después de millones de años de evolución. No hacerlo, no sólo será un acto entupido sino impropio de la especie que la naturaleza y la creación dotó de conciencia y razón. Pongámoslos en marcha entonces y pongamos en acción nuestros esfuerzos para encaminarnos hacia la recuperación del planeta y como dice el proverbio chino” Hasta el camino más largo comienza con el primer paso”.


Carlos Carrasco Yánez
Enero 2007

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